Más de ciento diez años después, en los mismos rumbos por donde los textiles escoceses sorprendían a los coterráneos orizabeños pateando un balón hinchado (casi a imagen y semejanza del globo terráqueo), esta semana se colocará la primera trabe de lo que será la primera casa propia del futbol orizabeño, que se jacta de ser el más viejo del país.
Porque con más de un siglo de historia, esta ciudad no ha tenido una casa para el deporte que, guste o no, simple y sencillamente es el más practicado en el orbe, el de mayor feligresía y el de mayor veneración.
La primera trabe del estadio de Albinegros, siempre y cuando no suceda algo fuera de lo normal, será colocada el próximo jueves con la presencia de Justino Compeán, en su calidad de presidente de la Federación Mexicana de Futbol, y Fidel Herrera Beltrán, gobernador del estado.
Inmueble que será construido en el mismo lugar donde se ubicaba la fábrica de Cocolapan, rumbo por excelencia de historia futbolística impregnada en cada una de sus letras, y que sin lugar a dudas fue de los primero prados por los cuales empezó a rodar con la coquetería que sigue teniendo, la siempre alegre pelota de la cual cuelgan las miradas de cientos, miles y millones de espectadores.
Será una vuelta a los orígenes, y podría significar también el inicio de igualdad de condiciones en la disputa casi eterna por el sobrevalorado nombre de Cuna del Futbol, el cual a decir de los orizabeños, fue usurpado a la mala por Pachuca, institución que patentó e hizo propio el honor mencionado.
A decir de la directiva de Albinegros, la intención es que el estadio se construya a una velocidad inusitada, porque se pretende tenerlo listo para el mes de noviembre, cuando sea el gobernador, para entonces ya próximo a ceder su puesto, el encargado de entregar la obra.
Como todo en la vida, lo que viene se le deja al tiempo, la construcción del estadio, el futuro del equipo, y muchas cosas otras, por lo mientras el conjunto de Cristóbal Ortega sigue enjugando en el paladar el dulce de la victoria obtenida el pasado sábado en el Luis de la Fuente, mientras espera el inicio de la construcción del hogar propio.
Encuentros En plena dedicatoria a la recuperación de Salvador Cabañas.
en el estadio Azteca se encontraron dos viejos conocidos del balompié orizabeño.
Como se sabe, del lado de América, trabaja Pascual Sandoval, quien es uno de los muchos auxiliares de Chucho Ramírez.
Sandoval, aunque no sale a banca, porque ahí se encuentra Alejandro Domínguez y Víctor “Harlem” Medina, trabaja al lado del único estratega mexicano que ha sido campeón del mundo, y se le recuerda hace algunos años dirigiendo al equipo de Orizaba de Segunda División.
En el mismo equipo, hace algunos años trabajó Ulises Moreno, quien aunque está dado de alta como preparador físico (puesto que desempeñó en Albinegros), la directiva de Indios de Juárez lo acredita como uno de los auxiliares de José Treviño en el banquillo del conjunto que busca la salvación. Moreno Villarreal también trabajó como preparador físico del Real España en 2007, año en que se coronó campeón del futbol hondureño, además de haber pasado por la sucursal de Tigres en la desaparecida Primera División “
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